10 junio 2008

Jose Antonio Antón del libro " La lluvia perseguida"



Después que hubimos entonado el alegre peán,

un grupo de muchachas bailaron con las manos

entrelazadas, como se entrelaza una corona de hiedra

y pámpano, y de esta manera perecían Ebe todas ellas.


Y alguien, entonces, vio que las arreboladas flores

puestas en una hidria de bella forma, iban per-

diendo su color, lentamente.


Del libro " La lluvia perseguida "
Fotografía de : Autres Travaux

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