
La calle está al final de la escalera.
Los peldaños se bajan o se suben
de uno en uno.
Hay parches y colillas,
desconchados,
corazones con flechas,
cruces,
garabatos,
sangre,
un ventanuco,
llaves de luz,
un contador
y esa puerta que siempre está chapada.
Al final,
la calle.
Cuando llegas,
ya lo has visto todo.
Los peldaños se bajan o se suben
de uno en uno.
Hay parches y colillas,
desconchados,
corazones con flechas,
cruces,
garabatos,
sangre,
un ventanuco,
llaves de luz,
un contador
y esa puerta que siempre está chapada.
Al final,
la calle.
Cuando llegas,
ya lo has visto todo.
Foto de Marco Schweier
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