05 octubre 2008

Poema de Julio Torres Recinos

Esbozo biográfico


(Chalatenango, El Salvador, 1962) Poeta e investigador literario, es Profesor Asociado del Departamento de Lenguas y Lingüística de la Universidad de Saskatchewan, en la ciudad de Saskatoon, Saskatchewan, en el oeste del Canadá, y doctor en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Toronto. Sus poemas y cuentos han aparecido en variadas revistas nacionales e internacionales. Ha dado recitales de su poesía en diversos eventos culturales en Canadá y otros países (los Estados Unidos, Alemania). Ha publicado dos libros de poesía, Crisol del tiempo (Saskatoon: Ediciones Amaranta, 2000), su primer libro que recoge poemas escritos entre 1985-1992, mientras que Nosotros (Saskatoon: Ediciones Amaranta, 2000) contiene poemas escritos en la década de los 90. La Editoral L’Harmattan de Francia publicará, en traducción francesa, sus dos libros de poesía, Crisol del tiempo y Nosotros en abril de 2003 con el nombre de Nous autres et Creuset du temps. Libros: Crisol del tiempo. Saskatoon: Ediciones Amaranta, 2000. Nosotros. Saskatoon: Ediciones Amaranta, 2000. Una extraña tierra, Split Quotation, Ottawa, 2004. Aparece en la Antología Antología de Poetas Américanos, ISBN 1-894879-10-4; Anaconda: Antología de poetas americanos por la paz; Antología de poesía hispanoamericana, conducida por el poeta peruano Leo Zelada. Su poesía ha sido traducida al inglés, al italiano, al francés y al turco. Sus poemas y cuentos han aparecido en revistas y periódicos. Además de dedicarse a la creación literaria, ha publicado trabajos críticos en revistas académicas de Centroamérica, el Canadá y Australia.



Las aves que te llevan


Noviembre llega

y con él tiemblan

las primeras nieves

en el cielo.

Los pájaros preparan

su salida

rumbo sur

dicen que con la magia

del viento

pueden estar

en el Golfo

en un día.

Yo había pensado

mandarte una carta

con ellos, los pájaros.

Quería enviarte

en la carta

una gota de agua,

un puente hecho de horas,

una provincia,

o un grano de arroz

para que alimentes

las aves que te llevan

día con día más lejos.

Pero tal vez me contente

con enviarte unos árboles

para que te adornes la cabeza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sucede en Azuldemar, que los comentarios no parecen ser algo que añadir como impresión, sensación de la poesía. Es como tener un libro entre las manos. Un libro en la intimidad de la lectura en la que no importan los oídos ni los ojos de nadie, solamente, sola-mente.
He de deciros que a veces encuentro poemas sin necesidad de recurrir a las bibliotecas o bibliografías concretas. Aparecen solos, en momentos siempre oportunos, así es la poesía, así de libre para mí. Cuando cuaja un poema en el universo está preparado para ser recibido por sus destinatarios. Encontré éste de Julio Torres, amigo desconocido, gracias.