23 enero 2009

Poema de Jose Hierro





Reseña biográfica

Poeta español nacido en Madrid en 1922.

Es uno de los poetas de la «Generación del medio siglo» cuya poesía contiene rasgos sociales basados en su experiencia como «Niño de la guerra». Está considerado como uno de los grandes poetas contemporáneos de habla hispana. Su obra abarca temas sociales y de compromiso con el hombre, el paso del tiempo y el recuerdo, como puede observarse en su bello «Cuaderno de Nueva York» y «Alegría», dos de sus publicaciones más importantes.

Durante la guerra civil se dedicó a actividades clandestinas que motivaron su encarcelamiento en 1939. Después de ser liberado en 1942, se desempeñó en diversos oficios durante varios años, hasta radicarse en Madrid, donde inició entonces una larga carrera como escritor, jalonada por numerosos premios y distinciones entre los que se destacan:

Premio Adonais 1947, Premio Nacional de Literatura 1953, Premio Nacional de la Crítica 1957, Premio March de Poesía 1959, Premio Príncipe de Asturias 1981, Premio Nacional de las Letras Españolas 1990, Premio Reina Sofía 1995, Premio Europeo de Literatura Aristeión 1999, Premio Cervantes de las Letras 1999, Doctor Honoris Causa de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo 1995, Miembro de la Real Academia de la Lengua desde 1999. En 2002 fue nombrado doctor "Honoris causa" por la Universidad de Turín. En 2002 el Ayuntamiento de Madrid le concedió la Medalla de Oro de la ciudad.
Falleció en diciembre 21 de 2002. ©




DON ANTONIO MACHADO TACHA EN SU AGENDA UN NÚMERO DE TELÉFONO




Borra de tu memoria


este número de teléfono.


2-6-8-1-4-5-6.


Táchalo en tu agenda.


Si ahora marcaras este número que no puede escucharte,


nadie respondería. Este número sordomudo:


2-6-8-1-4-5-6.


Borra, olvídalo, tacha este número muerto:


es uno más, aunque fue único.
Las hojas de tu agenda tienen más tachaduras


que números y nombres.


Ya quedan menos a los que llamar;


apenas quedan números y nombres que te hablen


o que te escuchen: 2-6-8-1-4-5-6.


Haz todo lo que puedas para que se disuelva en tu memoria:


destrúyelo, trastuécalo:


8-6-2-4-1-5-4,


rómpele el ritmo que le correspondía:


4-5-2-6-1-8-4,


ya no lo necesitas,


no necesitas esos números, esos nombres o sombras.


2-6-8-1-4-5-6:


«¿Está Leonor?»


Y suponiendo que alguien te responda,


será otra voz la que responderá.


Baraja el número, confúndelo, desordénalo.


Así: 1-4-2-5-6-8.


«¿Está Guiomar?»


Baraja números y nombres, barájalos,


sobre todo los nombres:


«¿Está Guionor?» «¿Está Leomar?»


Silencio.


Olvida, tacha, borra, desvanece


esos nombres y números,


no intentes modelar la niebla.


resígnate a que el viento la disperse.


¡Colinas plateadas...!

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