11 abril 2009

Poema de Pablo Mora




MANIFIESTO

Nubes juntas, sueños juntos,
barrio humilde, desnudo, recio, original.
Tiempo viejo, puño pronto. Trago Largo.

Año nuevo, mochila nueva, calle nueva.
Sin mentira, sin miedo, sin tardanza,
al abierto, al rompe, a lo mejor.
A lo que venga, como venga, como se pueda.
Sin cortar la luz, sin horario, sin retorno,
sin bajar la guardia, sin bajar la alegría.
En nombre del pan, del pobre y de la cena santa.

Quedan la vigilia, el amor, la angustia espiralada;
el héroe, la sangre, la huida;
las preguntas, la seña, la orfandad.
Alta nube, alto desconsuelo, alto sol.
El rito, el brazo, las cantinas, la pena, la salida.

Quedan ansias, llanto, luceros, desvarío;
el atajo, la consigna.
Queda el firme clamor hacia la fe.

Buscaremos la guarida de la sombra, trepando eternidad.

Sabremos del columpio de la rabia, del camino que regresa;
de las edades del grito y la asechanza;
de la vagina, de la pereza, de la prisa;
del hambre, del hombre,
del ladrido imperial,
de los bellacos.

Sabremos de las amargas grietas del roble;
de los burdeles del aire, de las esquinas del sueño;
del apellido del árbol, de las arenas del mal;
de los basurales del pobre, de las entrañas del daño.

Sabremos de las distintas caras cristianas;
de los entierros sin hombros; de los suburbios sin santo;
de los jirones de sueldo; de los retazos del agua;
de las gargantas sin voz; de los charcos del dólar;
de los gemidos del plato; de la señal del centavo.

Armaremos salones, cajas, calles, plazas;
milagros, camerinos y tarimas;
aceras, faroles y banderas.
Armaremos de acero los cantos.
Hasta de dos en dos armarnos y amarnos hasta el fin.

Echaremos las sombras al viento, a la espalda los arroyos,
la barricada a la paz.

Volveremos al sitio y al abrazo
Inscribiremos a Dios.

Revisaremos listas, nóminas, retratos.
Ajustaremos tragos, brindis, trasnochos, alegrías.
Alistaremos las mesas, las jarras, las cafeteras, los manteles.
Cuidaremos casa, avío, fincas y razones;
sabana, aldea, luna, víveres, albada.
Tornaremos al cimiento, a la ruana, al cuatro, a la vereda.
Contaremos con el voto de los pájaros,
con el aplauso de la tarde,
con el orgasmo del vino.

Iremos a la marcha de los árboles.

Al murciélago trizas volveremos.
Echaremos el resto, apañaremos el sol.
Daremos nuestra vida por un arma en paz.

Cantémosle a la tierra, al bahareque, al oro, al riesgo, al desafío.
Inspeccionemos armas, demonios, insignias, santidades;
andanzas, amenazas, celadas, mensajes, bodegas,
secretos, arsenales químicos, biológicos, nucleares.

Desenterremos el mal y sus secuaces.
Reunamos tantos inspectores como sea posible.
Crucemos las fronteras del imperio.
Ingresemos en sus antros, en el fondo de sus cajas negras.
Desarmemos su desvergonzada locura, con la fuerza de la paz.© Pablo Mora

Foto de Jose Manuel Borja

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, hallé tu blog por casualidad al dejar un comentario para Mari Trini. Lo iré leyendo con todo mi cariño, ok. Este poema me parece genial. Cordiales saludos.

Estos son mis dos blogs por si quieres tener la gentileza de visitarlos.

http://iluminada-versosdemialma.blogspot.com

http://envueltaentreversos.blogspot.com