Saltar la tapia.
Asaltar el camposanto buscando razones.
Razones para el amor.
Encontrar unos claveles blancos junto

al retrato de un niño vestido de comunión.
Ver una luz y correr.
Saltar la tapia de nuevo.
Y sentir su sorpresa en forma de abrazo.
-Son preciosos Adán. No hacia falta que…
Tapar con el índice su boca y sellarla con un beso.
Corto.
-Hace tres años que nos conocemos, vida.-
y nunca me han faltado estos claveles blancos.
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