21 noviembre 2009

JESÚS FORNIS


PASADO, PRESENTE, FUTURO

Subí a aquel tren porque me sentía tan perdido que necesitaba que algo en mi vida tuviese un destino claro. Por equipaje llevaba un hato de tristeza y una maleta de decepciones. Me senté en un rincón y me dejé mecer por el dulce traqueteo. Por curiosidad comencé a posar mi mirada en los viajeros. Entonces te vi, hermosamente afligida, tiernamente apenada. Ocupé el asiento que había junto a ti y te sonreí. Dos paradas más tarde mi mano reposaba sobre la tuya. Cuando nos bajamos al final del trayecto, olvidé recoger el equipaje con el que había subido.

1 comentario:

Lupe dijo...

Hay encuentros mágicos...