10 diciembre 2009

Gloria Fuertes


El corazón, la fruta de mi pecho...

El corazón, la fruta de mi pecho,

cada día se pone más sabrosa.

Yo creo que la luna es una rosa

que huele por la tarde a mar.

Aún cuando te veo, me emociono.

Esto dura mientras la noche pasa

-lo feo, que tu casa no es mi casa;

y sólo nuestras bocas tienen color de sangre-.

Yo te estaba mirando ya hace tiempo,

y tú en ti me llevabas desde entonces;

qué belleza tenía por el borde

del beso aquel que supo a cualquier cosa.

Mi cuerpo descansaba junto al río,

cuando en el firmamento de tu pecho

temblaban y brillaban cuatro lunas.

La luna sin espejo de la noche

la noche sin misterios por la luna,

entonces me di cuenta, tienes una

espalda tan hermosa como un ciervo.

1 comentario:

julia dijo...

Nada Gloria, sigues siendo para mí la nº 1 en querer, en amar...
Un beso desde siempre