25 noviembre 2010

Laura Gómez Recas,


MIS VERSOS, SIN TUS VERSOS, NO SON VERSOS"

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos..."

"Imagen de tu huella" (1934), M. Hernández




Mis versos, sin tus versos, no son versos

porque tú los hiciste transferibles

al amor de la hoguera de tu sangre,

entre el chusco de pan y la caricia.


Quemaste de las calles las aceras

de un Madrid que ignoraba tus embriones

y afloró la palabra de tus manos

cual zumo de limón resplandeciente.


Filtraste los zumbidos de un poema

a través del barrote y del candado

para ser de otros ojos el sonido

que abriría la cancela a otros talones.


Desnudos los claveles y los brazos,

no hubo agua de azahares que pudiera

apagar los fogones encendidos

en trincheras de luz el treinta y seis.


Mariposa en cadalso de camilla

que esparce del espino la hermosura

de tus ojos abiertos a la muerte:

tu inteligencia, tea inextinguible

prende lumbre, en candiles de blancura,

en el mil nueve... nicho de tu adiós.

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