25 junio 2011

Ángel Calle



El rodar del mundo


Prestado, prestándose


de sol a luna y de luna a sol


vinculándose.


Así el mundo rueda


y es.


No existen abrazos, ni besos posibles


en un solo cuerpo.


Hablo y no hago más que robar palabras


de un baúl viejo y colectivo.


La lluvia no sería húmeda


si nada ni nadie la recibiese.


La soledad misma


que a veces orgullosa cree ser


su misma y profética hija


es el aliento necesario para el próximo abrazo


la cuerda silenciosa que hermana dos versos.


No amo lo que no se vincula:


el beso fingido


la palabra sorda


la lluvia ácida


la huida misantrópica.


(No amo lo que no es).





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