29 septiembre 2011

Hugo Lindo


Hablo de ti.
De mí.
De la mujer hallada
Donde la sombra y el costado herido.
Del primer estertor.
De la manzana,
Y del llanto inicial de nuestros hijos.
Hablo de la inocencia.
De tu imagen
Y su dulce reflejo sobre el agua.
De un vuelo ya olvidado
Que estremeció de blanco el aire puro.
De un cáliz entreabierto en la mañana
Y del rocío en él, como un milagro.

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