19 octubre 2011

Luis Felipe Comendador,


AMANECE EN RIMINI

De las uñas mordidas o de lo que amé
cuando los días no sabían acabar
porque eran luz y ocaso y a la inversa


me quedó como un batir de párpados
un pestañeo sepia o blanco y negro
que me hace y deshace
que me rima hacia adentro
en justa consonante


El mar que no vi entonces
era una piel ajena
llamando a lo interior como una química


ahora paz
antes guerras mínimas tan grandes
tan sin derrota
tan despiadadamente dulces


Yo y vosotros
no fuimos
apenas somos
todo y nada


Sábanas blancas frías
para un calor común
tan compartido
como el pan o los golpes


como el pan
o
los golpes

No hay comentarios: