24 julio 2012

Pilar Fraile Amador


DE CERCA


PILAR FRAILE AMADOR


Pilar Fraile Amador (Salamanca, 1975). Es profesora de Filosofía; actualmente se dedica a la labor editorial. Fue Premio de Poesía de la Universidad de Zaragoza en 2005. Accésit de Poesía en el Certamen de Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Madrid en el año 2004 y 2005. Ha publicado los libros de poemas La pecera subterránea (Amargord Ediciones, 2011), El limite de la ceniza (Prensas Universitarias de Zaragoza, 2006); y dos plaquettes: Antídoto (La República de la imaginación, Ed. Legados, Madrid 2009) y La disección de los insectos (Pánica 2, Ed. Delirio, Salamanca, 2006). Poemas suyos han sido publicados en diversas revistas como Hache, Alhucema o las electrónicas: 7de7, Pata de gallo o La dama duende.  Actualmente coordina las actividades de difusión de la poesía de la asociación Indómita (www.redindomita.blogspot.com). Parte de su obra inédita ha sido traducida al inglés por el poeta Forrest Gander y ha aparecido en la revista de la universidad de Houston Gulf Coast Magazine. En 2010 codirigió, junto a los poetas Esther Ramón y Alejandro Céspedes el programa de radio de poesía Definición de Savia en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Actualmente cursa su doctorado en Literatura en la Universidad Complutense de Madrid e imparte clases de escritura creativa.


los cazadores aparecen en los días más fríos del invierno. huellas de barro en la entrada de la casa. cuerpos de pieles grisáceas que cuelgan de los ganchos oxidados en la pared de la cocina. cercos rojizos en la mesa de madera que gotean por las rendijas y alcanzan el suelo. dibujos de estrellas. dibujos de monstruos marinos que hemos visto en sueños. esa misma noche.
las mujeres se mueven deprisa y en silencio. los cazadores se han sentado junto al fuego y miran con unos ojos que no hemos visto nunca. hay algo rojo también en sus miradas. algo que gotea y duele.
las mujeres arrancan las pieles. cuelgan de nuevo los animales en los ganchos y se encierran allí con todos los ojos negros desprovistos de luz y en el suelo las sombras de los pequeños cuerpos.
los cazadores empiezan a levantarse a emitir sonidos guturales a tocarse con deleite algunas zonas del cuerpo.
entonces corremos a escondernos en la cocina. entre sus
paredes agrias cubiertas de grasa y moho donde las mujeres vuelven a hacer de la muerte algo comestible


No hay comentarios: