22 agosto 2012

• María Eleonor Prado Möndinger •




TACTO




Pasaba su mano sobre la mesa
en la madera negra de jacarandá,
y habituada a seguir su veta

iba y venía
marcando los años,
gastando su piel.
No había más que pobrezas,
no existía ya su madera,
y en el sopor de su palma desnuda
se quedaba a la sombra,
moría despierta.
Del surco que se hizo en el árbol
y del grito lanzado su tronco
no supo hacha y menos hombre,
no hubo mujer rasguñando esa mesa.


Del libro : A tu encuentro
Colección Poesía en la distancia

1 comentario:

María Eleonor Prado Mödinger dijo...

Muchas gracias amigo querido por difundir mi poema, me complace que te haya gustado. Te dejo un abrazo en la distancia y siempre alerta para lo que estimes.

María Eleonor Prado Modinger.