YO SIGO SIENDO EL MAR.
Yo sigo siendo el mar, como hace
tiempo,
profunda sima azul llena de nieblas,
blanca espuma de sal sobre la playa
y lucha encarnizada entre las rocas.
Sigo siendo ese ente impetuoso
que no tiene un instante de sosiego,
que llega y que se va constantemente
sin rombo, sin medida y sin motivos.
Sigo en mi trajinar desde hace siglos,
besando y adorando las orillas
pero sin remontar ríos arriba
ni hundir mis pies en tierra firme.
profunda sima azul llena de nieblas,
blanca espuma de sal sobre la playa
y lucha encarnizada entre las rocas.
Sigo siendo ese ente impetuoso
que no tiene un instante de sosiego,
que llega y que se va constantemente
sin rombo, sin medida y sin motivos.
Sigo en mi trajinar desde hace siglos,
besando y adorando las orillas
pero sin remontar ríos arriba
ni hundir mis pies en tierra firme.
por descubrir qué oculta tras su línea,
sigo sin ver paisajes tramontanos
ni el dulce manantial de los arroyos.
Yo sueño con un día no lejano
en el que se ha de producir el cataclismo,
mi sangre regará la alta montaña
y se deslizará ladera abajo,
y abonará las raíces de los bosques,
y cubriré las ramas del olivo,
y romperé los diques de los pueblos
hasta besar las bocas que hoy me nombran
con gran admiración por mi belleza.
Ese día seré, sublimizado,
un dios dominador de todo imperio
y moriré en la sequedad de los desiertos.
Después todo será vacía nada,
se perderá en el infinito la grandeza
de esa leyenda antigua que me asiste.
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