15 noviembre 2012

Miguel Arteche




Los que resplandecen en la noche




Están aquí en la noche

más jóvenes que nunca, albores de sus venas,

fulgores de sus ojos inviolados:

llamas que arden sin arder, pies y manos

sellados por el óleo:

esplendores que giran sin moverse

con el sol nocturno que corona sus cabezas:

interminables cuerpos

de fuego que se extingue y no se extingue;

transparentes de ser cuerpos

que nos tocan:

bocas gloriosas que desprenden estrellas:

están en todas partes y no están en todas partes,

y están sin espacio,

sin espacio sin espacio sin espacio

de nunca estar estando: ágiles

como todo el relámpago: purísimos

de ser siempre nuestra compañía: tiernos

cuando nos tocan en el sueño,

cuando nos besan y decimos que es la brisa.



Están aquí para que los miremos sin mirarlos,

los únicos que nos borran la tristeza de estar vivos,

los únicos que nos dicen que a la Casa no hemos regresado.

Están aquí más jóvenes que nunca

en sus radiantes cuerpos,

en sus perfectos cuerpos esta noche,

vestidos por el agua y por el fuego,

más jóvenes que siempre en la sustancia de la luz,

los Resplandecientes.







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