06 febrero 2013

Félix Gala Pastor










¡Cómo apagas mi sed!

¡Cómo apagas mi sed, amada mía,
con el frescor rosado de tus labios!
¡Cómo secas mi llanto con tus besos,
y consuelan mi angustia tus abrazos!
¡Cómo me da la vida tu calor
y recompone tu risa mis pedazos!

La sombra de mi angustia vuela al cielo
como el pájaro en jaula que ha escapado,
y el corazón se alegra cuando siente
que por el tuyo sigue siendo amado,
y el alma henchida renace nuevamente,
cuando siento la tuya entre mis brazos.

¡Cómo apagas mi sed, cariño mío,
cuando fundes tu cuerpo con el mío!

Y no lo toco más: que así es la rosa...


Ávila, 05 de febrero de 2013.

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