19 febrero 2013

RAFAELA HAMES CASTILLO




Rafaela Hames Castillo. Córdoba, 1962.

Colaboró en diversos proyectos como la Coordinación de la Cátedra Juan Rejano de la Diputación de Córdoba o con artículos de pensamiento en la Sección de Cultura de Diario Córdoba. Partícipe de numerosos eventos, publicaciones y antologías de carácter local y nacional en torno a la Poesía; promotora de actos socioculturales donde diferentes expresiones artísticas se dan cita con el fin de activar consciencias para un auténtico desarrollo de la sociedad y del ser humano, como el proyecto Las artes impulsoras de la Paz (2010) o  el ciclo Poesía de Género frente a Violencia de Género (marzo de 2012). Sus textos publicados son Funámbulos (Córdoba 1994), Desde la Aurora, (Accésit Certamen de Poesía Acordes. Espiel, 1995), Ser Agua (Colección Cuadernos de Sandua, 1998), El Tránsito (Premio Juan Bernier de Poesía, Ateneo de Córdoba 2000), Algo más que Luz donde se halla el poema La visita postergada que obtuvo el Accésit del VIII Certamen de Poesía Puente de Encuentro en 2010 (Ediciones Depapel. Córdoba 2012), contando asimismo con varios títulos inéditos. 


Considera que la poesía trasciende el hecho literario para erigirse en un modo de vivir y entender, o tratar de entender, la vida y todos sus acontecimientos, una actitud de reconocimiento en el orden del Universo que nos permite el diálogo con las infinitas expresiones de la naturaleza y sus misterios.





Sin limitaciones

A vosotros que no me habéis prohibido que os ame
os daré tanto amor como vida al universo
las estrellas y luz a sus espacios infinitos,
Libertad para que el mundo no os atemorice
y unáis vuestra alegría al tránsito de su existencia
Os traeré tierra fértil de inagotables paraísos
que sirva de alimento al vergel de vuestro sueños.
A vosotros, que no me habéis prohibido que os ame,
sino que disponéis la virginal ternura
que vive desbordando vuestro ser para invitarme
a convertir mis días en brazo inmenso de mar
capaz de llevar sus olas a la última bahía
formada en vuestra piel y deshacerse en caricias
Os dejaré trenzar vuestra inocencia en mis cabellos,
dibujar el color circular de una sonrisa
en el valle fecundo que nace en mis pupilas,
os dejaré correr y saltar cuanto queráis
en las llanuras de luz que dan calma a mis océanos.
Y yo, quedaré atónita de nuevo con vosotros
descubriendo entre los altos brillos de la noche
simplemente la cara conocida de la luna.

De Ser Agua. Colección Cuadernos de Sandua. Córdoba 1998.

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