22 marzo 2013

Carmen Borja


Absorbes la vida por los ojos toda entera...


Carmen Borja. Nace en Gijón el 3 de octubre de 1957. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo, se doctoró en literatura española y realizó luego un master en edición. Reside en Barcelona desde 1978, fecha en la que publicó su primer libro de poemas. Es miembro de la ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Cataluña) y del PEN Català. Autora de trabajos críticos sobre diversos escritores españoles de los siglos XIX y XX, formó parte del consejo de redacción de la revista Hora de Poesía durante su última etapa y colaboró en el suplemento cultural de El Periódico a principios de los noventa. Alejada por convicción personal tanto de la crítica literaria como del mundo académico, su interés central desde hace años es la poesía. Ha publicado Libro de Ainakls (Jerez de la Frontera, Arenal, 1988), Libro de la Torre (Barcelona, El Bardo, 2000, que incluye también la segunda edición del Libro de Ainakls), Libro del retorno (Barcelona, Lumen, 2007), la plaquette La balada de Branko Petrovski y otros poemas (Insòlit, Barcelona, 2007) y Mañana (Icaria, Barcelona, 2011). En 2006 codirigió junto a Carles Molins Puzle, una publicación excéntrica y multidisciplinar, de coleccionista, que desde 2010 está también en el mundo digital.
Ha publicado también alguna traducción (Jean Osiris, Sabina o el último tren, Ámbito Literario, Barcelona, 1980) y ensayos críticos sobre la obra de Campoamor (Campoamor: trazado de una negación, Oviedo, 1983) y de José López Pinillos (Vida y obra de José López Pinillos, "Pármeno", Oviedo, 1992). Ha realizado artículos sobre la poesía de Ángel Crespo, Ángel González y José Ángel Valente. Durante el periodo 1990-93 colaboró asiduamente en el suplemento cultural de El Periódico de Cataluña, y formó parte del consejo de redacción de la revista Hora de Poesía. Por convicción personal, hace años que no ejerce la crítica literaria ni le interesa el mundo académico.
Ha colaborado en varios números de Cuadernos de Estudio y Cultura de la ACEC, y su obra poética ha aparecido en diversas revistas y ha sido recogida en varias antologías (Sharon Keefe Ugalde, Conversaciones y poemas. La nueva poesía femenina española en castellano, Siglo XXI, Madrid, 1991; Barcelona: 25 años de poesía en lengua española, Rev. Ficciones, Granada, 2002; Jaime D. Parra, Las poetas de la búsqueda, Libros del Innombrable, Zaragoza, 2002; José María Balcells, Ilimitada voz. Antología de poetas españolas 1940-2002, Universidad de Cádiz, 2003; Carlos X. Ardavín Trabanco, Poetas asturianos para el siglo XXI, Trea, Gijón, 2009).
Ha participado en obras colectivas de homenaje a diversos autores: Ángel Crespo, Miguel Ramos, José Corredor-Matheos, José Luis Giménez-Frontín, Beneyto, Alexandre de Riquer o del escritor y activista nigeriano Ken Saro-Wiwa.
Su obra ha sido parcialmente traducida al alemán (Javier Gómez-Montero, Territorien der Lyrik in Spanien, ed. Tranvía, Verlag Walter Frey, Berlín, 2001, junto a la de autores como Ángel Crespo, Bernardo Atxaga, Jaume Pont, Luís G. Tosar, Andrés Sánchez Robayna y César Antonio Molina), al inglés (Carlota Caulfield y Jaime D. Parra, The Other Poetry of Barcelona, InteliBooks, California, 2004) y al catalán (Carolina Rei, La balada de Branko Petrovski y otros poemas(Insòlit, Barcelona, 2007).
Una entrevista editada en DVD en 2005 y una selección de sus poemas pueden consultarse en el Archivo Audiovisual de Poetas. 

Absorbes la vida por los ojos toda entera.
¿Cómo no devolver el mundo hecho palabra?
Absorbes la luz,
como si nunca más fueras a ver el perfil del árbol,
el pájaro que retorna del frío,
el mar color cobre en la tarde que acaba.
Entonces la belleza,
el trazo de la nube que dibuja el sentido,
el olor de la lluvia, el rumor del brezo,
la bendición del sol en invierno.

Expulsas la luz,
como si el silencio del náufrago fuera tuyo desde siempre,
y la ausencia de raíz,
y la nostalgia del futuro y lo olvidado.
Entonces el exilio,
la soledad del último faro,
la incerteza inevitable del límite,
el peso del abismo y la intemperie.

Hasta que, al fin, eres luz,
pasas de puntillas, llenas de aire tus pulmones
y dejas ir, deslizas tu mirada
como el aire entre las hojas
y todo vuelve a ser perfecto.


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