Absorbes la vida por los ojos toda entera...
Carmen Borja. Nace en Gijón el 3 de octubre de 1957.
Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo, se doctoró en
literatura española y realizó luego un master en edición. Reside en Barcelona
desde 1978, fecha en la que publicó su primer libro de poemas. Es miembro de la
ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Cataluña) y del PEN Català. Autora de
trabajos críticos sobre diversos escritores españoles de los siglos XIX y XX,
formó parte del consejo de redacción de la revista Hora de Poesía durante su última etapa y
colaboró en el suplemento cultural de El
Periódico a principios de los noventa. Alejada por convicción personal tanto
de la crítica literaria como del mundo académico, su interés central desde hace
años es la poesía. Ha publicado Libro de
Ainakls (Jerez de la Frontera, Arenal, 1988), Libro de la Torre (Barcelona, El Bardo,
2000, que incluye también la segunda edición del Libro de Ainakls), Libro del retorno (Barcelona, Lumen,
2007), la plaquette La balada de
Branko Petrovski y otros poemas (Insòlit, Barcelona, 2007) y
Mañana (Icaria,
Barcelona, 2011). En 2006 codirigió junto a Carles Molins Puzle,
una publicación excéntrica y multidisciplinar, de coleccionista, que desde 2010
está también en el mundo digital.
Ha publicado también alguna traducción
(Jean Osiris, Sabina o el último
tren, Ámbito Literario, Barcelona, 1980) y ensayos críticos sobre la
obra de Campoamor (Campoamor:
trazado de una negación, Oviedo, 1983) y de José López Pinillos
(Vida y obra de José López
Pinillos, "Pármeno", Oviedo, 1992). Ha realizado artículos sobre la
poesía de Ángel Crespo, Ángel González y José Ángel Valente. Durante el periodo
1990-93 colaboró asiduamente en el suplemento cultural de El Periódico de Cataluña, y
formó parte del consejo de redacción de la revista Hora de Poesía. Por convicción
personal, hace años que no ejerce la crítica literaria ni le interesa el mundo
académico.
Ha colaborado en varios números de Cuadernos de Estudio y Cultura
de la ACEC, y su obra poética ha aparecido en diversas revistas y ha sido
recogida en varias antologías (Sharon Keefe Ugalde, Conversaciones y poemas. La nueva poesía
femenina española en castellano, Siglo XXI, Madrid, 1991; Barcelona: 25 años de poesía en lengua
española, Rev. Ficciones, Granada, 2002; Jaime
D. Parra, Las poetas de la
búsqueda, Libros del Innombrable, Zaragoza, 2002; José María
Balcells, Ilimitada voz. Antología
de poetas españolas 1940-2002, Universidad de Cádiz, 2003; Carlos X.
Ardavín Trabanco, Poetas
asturianos para el siglo XXI, Trea, Gijón, 2009).
Ha participado en obras colectivas de
homenaje a diversos autores: Ángel Crespo, Miguel Ramos, José Corredor-Matheos,
José Luis Giménez-Frontín, Beneyto, Alexandre de Riquer o del escritor y
activista nigeriano Ken Saro-Wiwa.
Su obra ha sido parcialmente traducida al
alemán (Javier Gómez-Montero, Territorien der Lyrik in
Spanien, ed. Tranvía, Verlag Walter Frey, Berlín, 2001, junto a la
de autores como Ángel Crespo, Bernardo Atxaga, Jaume Pont, Luís G. Tosar, Andrés
Sánchez Robayna y César Antonio Molina), al inglés (Carlota Caulfield y Jaime D.
Parra, The Other Poetry of
Barcelona, InteliBooks, California, 2004) y al catalán (Carolina
Rei, La balada de Branko Petrovski
y otros poemas(Insòlit, Barcelona, 2007).
Una entrevista editada en DVD en 2005 y una
selección de sus poemas pueden consultarse en el Archivo Audiovisual de
Poetas.
Absorbes la vida
por los ojos toda entera.
¿Cómo no devolver el mundo hecho palabra?
Absorbes la luz,
como si nunca más fueras a ver el perfil del árbol,
el pájaro que retorna del frío,
el mar color cobre en la tarde que acaba.
Entonces la belleza,
el trazo de la nube que dibuja el sentido,
el olor de la lluvia, el rumor del brezo,
la bendición del sol en invierno.
Expulsas la luz,
como si el silencio del náufrago fuera tuyo desde siempre,
y la ausencia de raíz,
y la nostalgia del futuro y lo olvidado.
Entonces el exilio,
la soledad del último faro,
la incerteza inevitable del límite,
el peso del abismo y la intemperie.
Hasta que, al fin, eres luz,
pasas de puntillas, llenas de aire tus pulmones
y dejas ir, deslizas tu mirada
como el aire entre las hojas
y todo vuelve a ser perfecto.
¿Cómo no devolver el mundo hecho palabra?
Absorbes la luz,
como si nunca más fueras a ver el perfil del árbol,
el pájaro que retorna del frío,
el mar color cobre en la tarde que acaba.
Entonces la belleza,
el trazo de la nube que dibuja el sentido,
el olor de la lluvia, el rumor del brezo,
la bendición del sol en invierno.
Expulsas la luz,
como si el silencio del náufrago fuera tuyo desde siempre,
y la ausencia de raíz,
y la nostalgia del futuro y lo olvidado.
Entonces el exilio,
la soledad del último faro,
la incerteza inevitable del límite,
el peso del abismo y la intemperie.
Hasta que, al fin, eres luz,
pasas de puntillas, llenas de aire tus pulmones
y dejas ir, deslizas tu mirada
como el aire entre las hojas
y todo vuelve a ser perfecto.
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