24 abril 2013

MARIBEL SÁNCHEZ – PAGÁN





  1. Maribel Sánchez – Pagán. (Barranquitas, Puerto Rico, 1961). Cursó estudios en la Universidad de Puerto Rico donde obtuvo un bachillerato en Estudios Hispánicos y una maestría en Ciencias de la Información (Bibliotecología). Actualmente desempeña su labor como madre y ama de casa y por razones amorosas vive en el exilio como ciudadana del mundo sin residencia fi ja. Ha recibido varias distinciones por sus cuentos, poemas y por su labor bibliotecaria en Puerto Rico y Estados Unidos. El más reciente, segundo premio en el 2008 Hispanic Heritage Poetry Award de la Cooperativa de Bibliotecas Públicas del Condado de Hillsborough en el estado de la Florida. Algunos de sus cuentos y poemas aparecen en revistas y antologías de Argentina, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Puerto Rico y Portugal. Ha publicado “Ese hombre” (Ediciones Torremozas: Madrid, 2006) y la plaquette “Apalabrada: muestra de poesía de una mujer proscrita por ese hombre y sus botas” (Ráfagas, 2006). Es editora de la antología, “Poetas sin treguas: compilación de poetas puertoriqueñas de la generación del 80” (Ráfagas, 2006).



      1. la mujer, con sus pies de geisha, camina despacito
        a acostarse en la camilla y ser anestesiada

        le fracturarán el esternón
        para ponerle venas nuevas a su corazón maltrecho
        tendrán su pecho abierto, entumecida,
        brutal sensación cuando despierte cosida
        amarrada a máquinas y tubos delirantes

        lo que los médicos ignoran

        es que ya le han partido antes
        cuando desaparecido en las aguas de un mar caribe
        miró a lo lejos y no encontró a su benjamín en la barca
        cuando esfumado en medio de su isla 100 X 35
        no encontraba a su hijo menor, el artista, al que
        de la pesadumbre le halló colgado, hecho osamenta

        ya no podrán tajarle más en la existencia
        no podrán resucitar la válvula de escape

        la mujer, con sus pies de geisha, camina despacito
        por lo pasillos de su recuperación
        aún continua viva
        pero no hay artilugio que le quite el dolor de torso
        el ojo deslumbrado y siempre acuático de madre trozada

        camina y se pregunta; ¿acaso, no es ley de vida
        que las madres mueran antes que sus hijos?

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