17 febrero 2014

mabel escribano

SIN EXISTENCIA

No se agotó el mar,
-aunque lo creía-
No se cayó el cielo
-aunque lo vio tirado en el suelo-
No lloró el árbol bajo el que se besaron
-ni por un instante 
dejaron de bailar sus hojas-
Todo siguió igual
los coches,
la gente,
los turistas,
todo, menos ella.
Dejó de vivir cuando a su amor, 
se le apagó la vida.

mabel escribano
d.r.
imagen:Goddes

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