12 noviembre 2014

Mar Marchante Ortega





GRACIAS MI NIÑO

Gracias por salvarme del peinado impecable,
De los altos tacones de aguja, de la ropa cara,
Del maquillaje perfecto, de las trasnochadas fiestas,
De los monótonos domingos,
De las películas aburridas,
De los versos ripiosos,
De las canciones pegadizas,
De la vida cotidiana.

Gracias a ti, mi niño;
Por desenclavar mis pies de la tierra,
Por darme alas para volar alto,
Por enseñarme que todo lo que tiene precio es muy barato
y por demostrarme que lo único importante en mi vida es verte sonreír.

1 comentario:

Calma en días de tormenta (Darilea) dijo...

El valor de las cosas pequeñas las convierten en grandes.
:)