05 noviembre 2014
Rafi Guerra
“NO EXISTEN LAS PRINCESAS NI LOS CUENTOS DE HADAS”
Brilla un poco de luz
en un rincón,
la desnudez de un cuerpo
se refleja
y al tercer movimiento
de cadera
enderezo bruscamente.
Olor a ropa mojada
sobre el telón de fondo,
corro la cortina de la
entrada y despejo
todo aquello
que molesta
de la sala húmeda
y helada,
me desprendo
de la parte calcinada.
Descalza camino,
el pelo sobre la cara,
aprieto los labios
y justo enfrente
de la puerta
giro el camino.
Ya siento como crece
el aire nuevo,
las cosas se dibujan,
dejan de ser borrosas,
las ropas ya son nuevas,
las ataduras
fueron cayendo,
no hay marañas
en los ovillos,
la rueca del tiempo
los hizo tersos,
con brillos.
Se deslizaron los nudos
y en el telar de tus dedos
tejiste el abrigo.
Hoy me acuesto
con las palabras
y a las doce en punto
tomo mi vaso de agua
para no convertirme
en princesa,
la realidad es otra,
ya salí del cuento
en el que Alicia
quedó hechizada.
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