27 diciembre 2014

Esteban Martínez Serra,







El cuerpo
Para hacerte oír o, quizá, oírte
hiciste del cuerpo un púlpito
y en él congregaste tantas voces
con los años…
Hablaron sin orden establecido
pero sin atropellos: el dolor, la ternura,
el miedo, la ira, la ilusión,
la otra que inventaste, la que te inventamos,
el sentimiento retórico, la rutina,
la que no supo qué decir, y la que
—en los espacios vacíos de las palabras—
lo dijo casi todo.
Ahora,
no te queda más que esta alma y está muda.

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