17 abril 2015

Fernando Sarria









Regreso como solo saben regresar los pájaros.
Ahora sé desnudar cada una de las noches
en que me vence el insomnio,
abrir las palabras con la cadencia rítmica de las sílabas,
buscar detrás de cada hora perdida el nudo que me ata a la vida.

No tengo miedo al quehacer de la quera,
y si lo tengo es igual,
he muerto muchas veces solo,
como todos los que guardan la luz
en el costado izquierdo de su cuerpo.

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