16 abril 2015

Jose Antonio Antón Pacheco



Yo sé bien que el río no parará su curso y de


álveo estrecho será el mar.


Yo sé bien que el viento tiene su misión: revertir la hoja y el humo.


Yo sé bien cuando las nubes grávidas lo que ha de suceder.




Si que no si cuando qué otra cosa que lluvia,


que lluvia sobre el bosque. Es entonces el momento


en el que aparece ante nosotros y ante mí la enorme


verdad de la magia: la lluvia sobre el bosque desentraña


el hermético secreto.


Quien lo cumple ha encontrado


el oreigen. La lluvia sobre el bosque.


Yo lo sé y todos lo sabemos y yo también lo sé: veloz el río,


duro el viento, leve la lluvia, negro el bosque,


pleno el mar.

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