18 septiembre 2015

Francisco Muñoz Soler








LA PENA QUE INTERROGO CADA DÍA Y NO RESPONDE




Ni el eco acude, siento
mis entrañas manchadas
de corrosiva pena,
traspasadas por ausencias
de respuestas, inundadas
de ternuras podridas,
culpas sin culpas,
orgullos desmedidos,
frutos nacidos sin vida
aplastados por el peso
de la nada, marchitos
sin posibilidad de regreso.


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