17 noviembre 2015

Lu Sesma







Oigo caer las hojas
poco a poco, lentamente,
profundo, como el aire fresco
que penetra en mi.

Respiro profundo...,
y escucho el tibio rumor
del viento.

Ahora tocan las campanas.
Recuesto mi cuerpo cansado
sobre el tronco enroscado
del ciruelo.

Respiro profundo...,
y miro al infinito.

Otra hoja cae.
El silencio se hace el dueño
de la noche.

Respiro profundo...,
y me dejo llevar.

Respiro profundo...,
y siento.

No hay comentarios: