30 abril 2017

ISABEL SERRANO CASTRO



La carta


Tu silencio se me cae de las manos
¿no ves cómo brillan los restos?
no me castigues con él
no temas lo que ahora sabes
no dejes que me hunda
en la irrescatable soledad de lo perdido
somos el tiempo que nos queda
en este inventario de los días
no dejes que me pierda
en la insomne aventura
que el miedo provoca
miedo a encontrarte inesperadamente
a no verte nunca más.


( del texto inédito “ un viaje inesperado”)

Ángel Guinda






Tal vez vosotros sabéis


No sé, escucho himnos dentro de las lágrimas.
Tuve una casa con ventanas en el techo:
veía tiburones, cordilleras, trenes volar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé bien qué es la paz:
llegué tarde a la guerra.
La tempestad está tras la montaña,
sobrellevo el estruendo de su luz.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Tiemblan mis pies
cuando retumba el eco del silencio,
no sé si las palabras tienen sangre.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé por qué se tambalea el vértigo
cuando miro las cúpulas,
pero noto en mi pecho borboteos de petróleo.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Mi país es un rompecabezas,
al más mínimo golpe se desvertebrará:
ya no tendré país.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Desde el avión veía sobre el mar
manadas de elefantes petrificados,
dromedarios tendidos, sombras de cocodrilos:
me dijeron que eran islas griegas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Huyo, siempre huyo: acaso tras las puertas
que arrancan sus bisagras, sus cerrajas
y, a lomos de las llamas, corren irrefrenables
para aclamar a los ladridos del mar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
La poesía debe ser extrema,
estampido de mundos, abrazo de la pólvora,
escardar las tinieblas con antorchas,
trepanación de asombro y ebriedad.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Yo no sé qué preguntan al sol los limoneros.
Ignoro los secretos de las algas y de las medusas.
Tampoco sé si esto es un poema
o una pequeña galería de hormigas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.


(de Caja de lava)

28 abril 2017

Berna Wang







Que la vida te regale en su momento...




Que la vida te regale en su momento
sólo el dolor preciso:
ni tan leve que pase desapercibido

ni tan grande que lo invada todo.
Que no te olvides
ni necesites analgésicos para olvidar.
Sólo el latido exacto en el lugar justo
para saber que la herida está ahí,
que hay que tener paciencia,
y cuidarla hasta que cure.

Ernesto Sábato




Tal vez a nuestra muerte el alma emigre:
a una hormiga,
a un árbol,
a un tigre de bengala;



mientras nuestro cuerpo se disgrega
entre gusanos
y se filtra en la tierra sin memoria,
para ascender luego por los tallos y las hojas,
y convertirse en heliotropo o yuyo,
y después en alimento del ganado,
y así en sangre anónima y zoológica,
en esqueleto,
en excremento.
Tal vez le toque un destino más horrendo
en el cuerpo de un niño
que un día hará poemas o novelas,
y que en sus oscuras angustias
(sin saberlo)
purgara sus antiguos pecados de guerrero o criminal,
o revivirá pavores,
el temor de una gacela,
la asquerosa fealdad de comadreja,
su turbia condición de feto, cíclope o lagarto,
su fama de prostituta o pitonisa,
sus remotas soledades,
sus olvidadas cobardías y traiciones. 

27 abril 2017

Ana García Briones


Anida en mi ser en el Teatro del mar - Punta Umbría.

Sábado 29 de Abril a las 12 : 30

Presenta: Pedro Javier Martín Pedrós.


Pablo Neruda











Arte de Pájaros


Pablo Neruda


Pajarintos



"Arte de Pájaros" es un libro de gran formato y edición limitada, con ilustraciones únicas de pintores amigos de Pablo Neruda, que contribuyeron a enriquecer la obra. En él se presentan dos secciones de poemas: Pajarintos, que hace referencia a aves reales y Pajarantes, aves ficticias, fruto de la imaginación del poeta.




Albatros errante




En alta mar navega el viento


dirigido por el albatros:


esta es la nave del albatros:


cruza, desciende, danza, sube,


se suspende en la luz oscura,


toca las torres de la ola,


anida en la hirviente argamasa


del desordenado elemento


mientras la sal lo condecora


y silba la espuma frenética,


resbala volando el albatros


con sus grandes alas de música


dejando sobre la tormenta


un libro que sigue volando:


es el estatuto del viento.

Teresa Martín








Me dijiste que cerrara los ojos,
y tú, brújula en mano
que te llevaba directo a mi boca,
depositaste en ella el más dulce de los versos
escritos jamás en tu lengua.
Saboreé cada uno de ellos,
superponiendo mi lengua en la tuya,
dando vida perpetua a cada consonante,
a cada vocal inflada de tímida saliva,
provocando un cocktail perfecto,
un circuito cerrado, una premonición,
una explosión de sabor a licor de cerezas maceradas
que tuve que degustar lentamente,
con la importancia y la obviedad que merecía
tan íntimo y dulce destrozo en mi boca,
mientras me susurrabas al oido;
"Para que luego digas,
que no te escribo versos"

Desde entonces sé, que mi boca
es el refugio de tus poemas...
y hay poemas que después de leerlos y saborearlos,
no puedes salir ilesa de ellos.




26 abril 2017

Federico García Lorca






Poema Al Oído De Una Muchacha de Federico García Lorca


No quise.
No quise decirte nada.

Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de risa y de oro.
Se meneaban.
No quise.
No quise decirte nada.

Jorge Novak Stojsic Sarac.











dicen
que en las noches
de luna llena
del lago victoria

cuando resuena
la brutalidad hermosa
del agua cayendo

y se levantan
gotas minúsculas
flotando

aparece en el aire
el arco iris
de la medianoche

allí
me gustaría encontrarte
amor mío



Juan Gelman






Yo no sabía que
no tenerte podía ser dulce como
nombrarte para que vengas aunque
no vengas y no haya sino
tu ausencia tan
dura como el golpe que
me di en la cara pensando en vos



Juan Gelman - Poco se sabe



25 abril 2017

Jorge Luis Borges





"Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado,
pero como siempre es la única.
¿ De qué me servirán mis talismanes:
el ejercicio de las letras,
la vaga erudición
el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte
para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad,
las galería de las bibliotecas
las cosas comunes,
los hábitos
el joven amor de mi madre,
la sombra militar de mis muertos,
la noche intemporal,
el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo,
es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente,
ya el hombre se levanta a la voz del ave,
ya se han oscurecido los que miran por la ventana,
pero la sombra no ha traído la paz.
Es ya lo se, el amor:
la ansiedad y el alivio de oír tu voz,
la espera y la memoria
el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías,
con su pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos que cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo."

El amenazado 




Jaime Gil de Biedma


No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio

uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

24 abril 2017

Ana Birlanga Bellod






Entra en escena.
Estaba escondido en el margen del guión.
Siempre improvisa,
aparece como un flash inesperado,
doblando esquinas,
acorchando visceras,
congelando pupilas en la noche,
interpreta su papel y se va como si nada,
elegantemente,
entre los aplausos
de un público invisible.




Brenda Lopez Soler





Todo queda atrás.
Desprovista y libre.
Como una rosa de Agadir.

Todo queda oculto
detrás del orden innecesario.

Como la innecesaria plegaria
o la innecesaria generosidad de los amantes.
Se dan y se piden porque si.

Todo queda atrás.
Las leyes y su orden.
Y este territorio de nadie.

- donde el amor muere -


Pablo Mora





Para qué la poesía



Para sacar la flor de las cenizas



Le preguntaron a Borges: ¿para qué sirve la poesía? Y él respondió: “¿y para qué sirven los amaneceres?” A Ernesto Mejía Sánchez preguntó Jorge Bustamante sobre la utilidad de la poesía, y él a su vez respondió: "La poesía no sirve para ganarse la vida, sirve para ganarse el alma.” Por su parte, Ludwig Zeller, le respondió: “Siempre he creído que la poesía -no sólo en las palabras- es la que da sentido a la vida. Que ella tenga una resonancia en lo inmediato o no, no tiene importancia. Yo creo que es una forma de iluminación con que los seres podemos sobrellevar lo cotidiano, acercarnos a la magia, al mundo paralelo de los sueños. ¿Qué más se puede pedir?” A pesar de que para Kepa Murua “la poesía huye hacia la nada sin sentido ni conciencia alguna”, Jaime Sabines afirmó poéticamente: “La poesía sirve para sacar la flor de las cenizas.”

23 abril 2017

Abril Paz





Depende de dónde se mire,
la posibilidad de reconstruirse
está en nuestra fuerza y
en el amor que pongamos en ello.

Roberto Juarroz








Hay que inventar respiraciones nuevas...




Hay que inventar respiraciones nuevas.
Respiraciones que no sólo consuman el aire,
sino que además lo enriquezcan
y hasta lo liberen
de ciertas combinaciones taciturnas.

Respiraciones que inhalen además
las ondas y los ritmos,
la fragancia secreta del tiempo
y su disolución entre la bruma.

Respiraciones que acompañen
a aquel que las respire.

Respiraciones hacia adentro del sueño,
del amor y la muerte.

Y para eso hay que inventar un nuevo aire,
unos pulmones más fervientes
y un pensamiento que pueda respirarse.

Y si aún faltara algo,
habría que inventar también
otra forma más concreta del hombre.  



   

Pablo García Casado






por más que se extiendan las ciudades hasta juntarse 
unas con otras por más desengaños que el sexo la muerte 
o las oposiciones nos deparen quedarán siempre las afueras

la oscuridad de los polígonos industriales la ineficacia 
el ministerio de obras públicas por más que se empeñen 
colectivos ciudadanos asociaciones de vecinos seguirán

amaneciendo los restos del amor en las afueras 

22 abril 2017

José Cercas Domínguez






HUMANIDAD


Algo muy bueno puede suceder,
un humano vestido de humanidad
está mirando a otro humano que tiene hambre,
a un humano con la boca y las manos del hambre,
a un humano con sudor en el hambre,
a un humano manchado de la salitre del hambre,
a un humano de sangre y hambre.
Le mira a los ojos, pero...
una columna de agua cristalina, le detiene,
un pan de espuma y vida, le detiene.
Le detiene la sombra y el sombrero,
el cuello de la camisa y la corbata,
la ley de los ricos para los pobres, le detiene.

Algo muy grande pudo haber sucedido,
pero un humano vestido de miedo,
dejó de mirar a los ojos del hambre
y siguió su camino...
y ya nadie, le detiene,
y ya nadie, le detiene,
y ya nada ni nadie, le detiene.

Laura Villanueva Guerrero

Una última luz


Una última luz latiendo en el último beso.
Tu lengua traía la lluvia negra.
¿Cuánta paz enjaulada murió en mi anhelo
interminable de tenerte? ¿Cuánto fuego padeció 
la ausencia de tu aliento? 

21 abril 2017

Ana García Briones







Te invito
a cruzar conmigo
el puente hacia los sueños.
Allí,
sumergidos en las flores,
cruzaremos las nubes
tumbados en el aire.
Daremos brazadas
de libertad
en los pasillos
de los placeres,
en las respiraciones intensas
entre copas de vino
enamorado.


Del libro: Partos de luz.









Carmen Maroto








Si quieres
me vacío los bolsillos
encuaderno los recuerdos
cuento hasta el infinito
abro las puertas del cielo
busco un Dios que crea en nosotros
salgo sin paraguas 
salto a la piscina más seca
cuento las ovejas del insomnio

-si quieres-
contigo.

Manuela Lozano Pérez.






EL AMOR, COSA EXTRAÑA.


¡! Ay el amor!! Cosa extraña…
Ese juego travieso y peligroso, que te da vida y te mata.
Que sacude y enmaraña los sentidos
donde a veces se gana y otras se pierde,
donde la eternidad laurea el final de la partida.
Amando aprendí:
A malgastar besos en los cruces de caminos
a cambiar promesas por documentos burocráticos
a recoger golpes detrás de las sonrisas,
a guardar lagrimas entre cubitos de hielo
a llenar pucheros con escusa
a dormir al raso por dos euros la hora,
a matar fantasmas escenificando cuentos
a creer en milagros para no perder las ganas
a vender quimeras para respirar,
a caminar por el desierto con zapatos de tacón
a cruzar el mar con la casa a cuestas
a multiplicar por diez las horas del reloj,
A esconder mí nombre bajo las sabanas
a gritar la noche en dos metros cuadrados de cielo
 a lucubrar historias de una muerte anunciada,
a remendar mi cuerpo con caricias prestadas
a prender la hoguera que no me dio calor
 a construir castillos en el aire…
Pese a todo, quiero creer que conocí el amor,
que por momentos lo tuve entre mis manos,
 en mi tacto, en la yema de sus dedos,
en mis ojos, en su mirada y mi llanto,
en mi boca, en su lengua y mis sabores,
en mi oído, en el compás de sus palmas,
en mi nariz, en la esencia de su pelo,
en mi corazón, en el palpito de su pecho,
en mis entrañas, en el rocío de su vientre
en mis piernas, su espalda, mi nuca, su frente…
En mi yo entera.
Quiero creer que conocí el amor hasta la locura…
Más si ese amor no fue cierto
¿De qué sirvió que perdiese la partida?









20 abril 2017

Walt Whitman,






Si te cansas dame tu carga y apóyate en mi hombro,
Más tarde harás lo mismo por mí...
Porque una vez que partamos, ya no podremos detenernos.
Hoy, antes del alba, subí a la colina, miré los cielos
Apretados de luminaria
Y le dije a mi espíritu: cuando conozcamos todas
Las cosas que contienen ¿estaremos ya tranquilos y satisfechos?
Y mi espíritu me dijo:
No, ganaremos esas alturas solo para continuar adelante.

Luis Cernuda














Donde habite el olvido




Donde habite el olvido,


En los vastos jardines sin aurora;


Donde yo sólo sea


Memoria de una piedra sepultada entre ortigas


Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.


Donde mi nombre deje


Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,


Donde el deseo no exista.


En esa gran región donde el amor, ángel terrible,


No esconda como acero


En mi pecho su ala,


Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.


Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,


Sometiendo a otra vida su vida,


Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.


Donde penas y dichas no sean más que nombres,


Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;


Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,


Disuelto en niebla, ausencia,


Ausencia leve como carne de niño.


Allá, allá lejos; Donde habite el olvido.

Lucila Sesma




HASTA MI VUELTA



Recojo la ropa de la silla,
los platos de la mesa,
las brasas de la chimenea,
mis gafas, como siempre, perdidas,
cierro la maleta.
Echo una mirada rápida
a mi alrededor,
dejo algunas cosas, el portátil,
mis zapatillas y la alegría,
que esperarán aquí, pacientes,

hasta mi vuelta.
Cierro las ventanas
y grabo en mi memoria
las vetustas montañas y la paz
que me provocan dentro,
profundo, y ahora se despiden

hasta mi vuelta.
Emprendo el camino,
recogiendo los olores a vida
en una bolsa ya casi llena.
Las nubes y la melancolía,
obstinadas,
me acompañan en mi viaje de regreso.
Dejo abierta la puerta del corazón.
Hasta mi vuelta.