03 abril 2008

Poema de Pablo Neruda



Amor


Mujer,

yo hubiera sido tu hijo,

por beberte la leche de los senos

como de un manantial,

por mirarte y sentirte a mi lado

y tenerte en la risa de oro

y la voz de cristal.

Por sentirte en mis venas

como Dios en los ríos

y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,

porque tu ser pasara sin pena

al lado mío y saliera en la estrofa

-limpio de todo mal-.

Cómo sabría amarte, mujer,

cómo sabría amarte, amarte como nadie supo jamás!

Morir y todavía amarte más.

Y todavía amarte más y más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Así de tierna es la vida en su esencia.