De júbilo y de carne
Se desciende a la llanura,
se divisa el cielo,
anaranjado y rosa,
como si por Madrid
fuera a volar
el aire apetitoso de la idea.
Tendrán que llover más...
palabras ciertas,
palabras pueblo,
palabras somos,
tocadas por la sal de la justicia,de la solución que temple el vacío
y mantenga al futuro en su placenta.
El madroño ha florecido desde mayo
y nos despierta a junio
como un árbol de júbilo y de carne,
cobijado en las manos abiertas
y en los labios que emanan dignidad.
Fotografía: Ángeles Fernangómez
1 comentario:
Me encanta cómo escribe esta mujer.
Gracias a ambos por compartir este poema.
Un abrazo.
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