en el olvido
Desperté un día
y lo había olvidado todo.
El sabor de tus manos sobre mi cuerpo.
El rubor de tu boca sobre mi piel.
El frescor de tu aroma sobre mi pelo.
No quedaba nada.
Tantas y tantas veces recé por ello
con tal intensidad lo clamé a los cielos
que por olvidar, me olvidé hasta de mi misma.
Mis sueños, mi vida, mi muerte…
Ya no era nadie.
Hoy,
se desliza un ser entre la bruma
un rostro de mirada perdida
un alma con un nombre vacío
una sombra con cuerpo de mujer…
Fotografía de Alexandra Kirievskaya
1 comentario:
Te leo siempre auque no te comente, muchas gracias por presentar a tantos poetas nuevos para mí.
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